El descubrimiento más importante de una conservera Hispano-Romana en Algeciras

El sello “del rinconcillo” llegó hasta Roma, Cerdeña, el norte de África, Dhelos, etc.

Ignorada hasta hace poco tiempo y a razón de unas excavaciones que se hicieron entre el 2001 y 2006 en Algeciras (”Lulia Traducta”) ha sido el descubrimiento más importante de la industria conservera Hispano-romana de los últimos 25 años, situando a Algeciras en un mapa en el que no constaba, el de las fábricas de salazones más importantes. El sello “del rinconcillo” llegó hasta Roma, Cerdeña, el norte de África, Dhelos, etc.
Parece ser que sobre el siglo I a. C. y II d. C. en torno al reinado del emperador Claudio, era tal la demanda de las factorías de salazón de pescado y el comercio de derivados de éste en la Bahía de Cádiz (salsamenta y garum) que hubo a su vez una explosión de industrias auxiliares, que aunque producían otros tipos de productos cerámicos (ollas, orzas, ladrillos, terracotas, tinajas, etc.), tuvieron que centrarse en la fabricación de estas ánforas salsarias para abastecer toda la demanda.

Se han encontrado los centros de producción más importantes en la Playa del Rinconcillo y en el término de Los Barrios, en el yacimiento de la Venta del Carmen.

Ánfora salsaria tipo Dressel 7

En 1996 se encontró un ánfora completa, pero tenía un defecto en la boca lo que hizo suponer que posiblemente habría un “Alfar” de la época romana cerca del hallazgo. Después de hablar con las autoridades pertinentes, comenzaron las excavaciones sobre lo que parecía una colina artificial, donde se hallaron dos hornos. Los hornos estaban cubiertos por una bóveda-parrilla de ladrillos, con una columna central del mismo material que los sostenía, con ocho arcos que se abrían en forma de palmera. Desgraciadamente sólo se pudo recuperar parte de la parrilla y del hogar de uno de los hornos, todo lo demás estaba arrasado.

También se hallaron 11 fragmentos de ánforas con marcas de taller, signos impresos en el barro con los que el propietario del alfar señalaba e identificaba las producciones salidas de sus hornos.

CUANDO ALGECIRAS SE PRONUNCIABA, “LULIA TRADUCTA”.

“Lulia Traducta”, hoy Algeciras, jugó un papel muy relevante como demuestra el hallazgo de dos de las mayores factorías de la antigua Hispania en la Villa vieja del Estrecho de Gibraltar. Durante la ocupación romana se convirtió en una zona clave para producir y comercializar salazones y salsas de pescado. En el año 2000 se hicieron nuevas excavaciones y se encontraron piezas completas de varios tipos de ánforas, sobre todo de los modelos Dressel 7 y 12, destinadas al transporte de garum, también pesas de telar, tapaderas y múltiples fragmentos anfóricos. La datación cronológica del yacimiento se fijó entre finales del siglo I a. C. y finales del siglo I d. C., similar a la del vecino alfar de El Rinconcillo.

“Algunas de las ánforas tenían impresas las marcas S.C.G. y S.CET, según F. Mayet, pertenecientes a un importante consorcio industrial establecido en el área del Estrecho y Gades constituido por los llamados Socii Cetarii Gaditani o el nombre de la asociación industrial, la Societas Cetariorum Gaditanorum”.

Se localizaron dos hornos de planta circular, además de varias estancias asociadas y canalizaciones para el suministro de agua al complejo industrial.

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