¿Como se convive con un padre inventor?
No estaba todo inventado…¡Felicidades papá!
Artesano y restaurador autodidacta
Pero el invento más importante que ha realizado hasta ahora, ha sido el de aportar un nuevo sector al mundo de la decoración y el regalo: la pátina del mar en sus piezas, a las que considera sus hijas, ¡Por algo es su creador!
Conoce su historia…
Enamorado de esos tesoros submarinos, se prometió a sí mismo que de mayor se haría buceador y sacaría su propia ánfora del mar. Años más tarde decidió convertirse en buceador profesional en el Centro de Buceadores de la Armada. El niño que llevaba dentro sufrió una gran decepción al comprobar que la “hazaña” de aquellos buceadores era realmente un “expolio marino” y que estos tesoros submarinos eran Patrimonio Histórico de la Humanidad, solidarizándose con la causa. Aún así, el simple hecho de verlas en el mar le emocionaba, así que continuó soñando…
Un día, mientras trabajaba en una central térmica, divisó en la dársena del puerto una zona de rechazo de vida marina colmada de plancton a la que muchos peces iban a comer, así que pensó en sumergir un ánfora en ella y…¡a ver qué pasaba!. Cuando la sacó, vio pasar ante sus ojos la oportunidad de cumplir su sueño: presentaría un proyecto, absolutamente respetuoso con el medio ambiente, para canalizar todo el rechazo de materia orgánica que se producía en la central a través de tuberías submarinas, hasta verterlo sobre las piezas, acelerando su proceso de envejecimiento.
Tras un largo e intenso trabajo de “ensayo y error”, finalmente había encontrado la forma de cultivar las ánforas para envejecerlas de forma acelerada, al igual que los famosos perli-cultores de Asia. Solicitó un permiso de concesión a la Central Térmica para llevar a cabo su “ánfora-acuicultura”, ¡El único en el mundo en su profesión! en un área específica dentro de la dársena del puerto, combinándolo con su trabajo en la Central Térmica.